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Rosalind Franklin

 


   Las mujeres dedicadas a la ciencia han sido sistemáticamente obviadas, incluso despreciadas, por la historia. Las instituciones, sus compañeros masculinos y hasta la sociedad las ha condenado a un injusto anonimato. Rosalind Franklin constituye un claro ejemplo de ello. Obtuvo por primera vez y gracias a los rayos X una imagen en la que se desvelaba la estructura de la molécula encargada de transmitir la información genética, el ADN. Durante años, el mérito del descrubrimiento se lo llevaron únicamente sus tres colegas varones.

    Rosalind Elsie Franklin fue una química, cristalógrafa e investigadora británica que nació en el barrio londinense de Notting Hill en 1920 en el seno de una acaudalada e influyente familia. Rosalind era activa en organizaciones sindicales y en el movimiento del sufragio femenino, e incluso perteneció al Consejo del Condado de Londres.

    Sus trabajos con imágenes por difracción de rayos X tuvieron gran importancia en diferentes campos. Fueron clave para revelar la estructura del carbón y el grafito, así como del ARN y varios virus, aunque lo más trascendental fue su aporte para la comprensión de la estructura del ADN, gracias a la imagen llamada Fotografía 51. La Fotografía 51 es el nombre de la imagen del ADN que obtuvieron Rosalind Franklin y Raymond Gosling, su estudiante de doctorado, en el King's College de Londres en 1952, y que se convirtió en una de las pruebas decisivas que llevó a la confirmación de la estructura de doble hélice del ADN que había sido postulada a lo largo de 1953 en una serie de artículos publicados en la revista Nature.

    Rosalind se graduó en química y física en 1941 y, un año después, en plena II Guerra Mundial, comenzó su doctorado en la Asociación Británica sobre utilización del carbón, donde estudió la porosidad del carbón y descubrió la proporción entre las finas constricciones en los poros del carbón y la permeabilidad del espacio poroso. Al concluir que las sustancias eran expulsadas siguiendo un patrón de tamaño molecular, ayudó a clasificar carbones y a predecir con precisión su capacidad para ser utilizados como combustibles y para la producción de aparatos de guerra (por ejemplo, para máscaras antigás). Después, durante una estancia en París como investigadora postdoctoral en el Laboratorio Central de Servicios Químicos del Estado, se convirtió en una consumada cristalógrafa, posiblemente la mejor del mundo de la época. En 1951, aunque enamorada de París, vuelve a casa, a Inglaterra, y consigue una plaza en el King’s College de Londres. Allí, John Randall, el director del departamento, le encarga el estudio de la estructura del ADN.

    En su estancia en el King’s College, Rosalind Franklin mejoró el aparato para obtener imágenes, cambió el método y obtuvo fotografías, junto a su estudiante de doctorado Raymond Gosling, con una calidad nunca antes conseguida. En noviembre de 1951 dio una charla para exponer sus resultados a sus colegas del King’s College, y allí estaban también Watson y Crick, del Laboratorio Cavendish, en la Universidad de Cambridge, interesados por la estructura del ADN e invitados por su amigo Maurice Wilkins, compañero de Rosalind Franklin en el King’s College, y también estudioso de la estructura del ADN.

    Fue también Wilkins quien, en los meses siguientes, mostró a Watson y Crick imágenes de ADN tomadas por Franklin, rara vez con su permiso y la mayor parte de las veces sin que ella lo supiera. En febrero de 1953 vieron tres imágenes, entre ellas, la fotografía 51. Para entonces, Watson y Crick llevaban más de un año sin conseguir nada positivo, y esta fotografía se convirtió en una de las pruebas decisivas que llevó a la confirmación de la estructura helicoidal del ADN. Estas imágenes, más los datos de la charla de Rosalind Franklin, más algunos datos más proporcionados por Wilkins, llevaron a Watson y Crick a su propuesta de la estructura del ADN y la publicaron en Nature en abril de 1953. Según Francis Crick, la investigación y datos obtenidos por Rosalind Franklin fueron clave para la determinación de su modelo de la doble hélice del ADN en 1953. James Watson no confirmó esta opinión hasta el 2000, en la inauguración del edificio Franklin-Wilkins del King's College.

    Cuando Watson y Crick publicaron el artículo de Nature con su propuesta de estructura para el ADN, mencionaron en la sección de agradecimientos, entre otras personas y sin alusión especial, a Rosalind Franklin diciendo "hemos sido estimulados por el conocimiento de la naturaleza general de resultados experimentales no publicados y las ideas de Wilkins, Franklin y sus colaboradores". En el mismo número de la revista, Rosalind Franklin y su doctorando Raymond Gosling publicaron un artículo muy técnico sobre sus fotografías, con la famosa 51, apoyando el modelo propuesto por Watson y Crick, modelo que parece que ella ya había descrito 16 meses antes.

    Pero antes, en 1951, Franklin, cansada de problemas y desacuerdos con el director del instituto, John Randall, y con Wilkins, decidió dejar el King's College y mudarse al Birbeck College (de la Universidad de Londres) donde J. D. Bernal, director del Departamento de Física, le ofreció un equipo de investigación propio. Entonces, una vez concluido su trabajo con el ADN, y ya con su propio equipo, Franklin dirigió investigaciones acerca de las estructuras moleculares de los virus.

    Su carrera investigadora prosiguió en este centro, liderando importantes trabajos sobre el virus del mosaico del tabaco, un virus de ARN que infecta plantas, especialmente la de tabaco, y el virus de la polio. Pero en 1956 se siente mal durante un viaje por Estados Unidos y le diagnostican cáncer de ovario, probablemente a consecuencia de sus repetidas exposiciones a radiaciones durante sus investigaciones con rayos X. Aún trabajó dos años más, y después de tres operaciones quirúrgicas y sesiones de quimioterapia, murió en Londres el 16 de abril de 1958, a los 37 años. Cuatro años después, en 1962, Watson, Crick y Wilkins compartieron el Premio Nobel de Fisiología y Medicina por sus estudios sobre la estructura del ADN. El nombre de Rosalind Franklin no se mencionó ni se reconoció su contribución en dicho avance científico sin precedentes, considerado uno de los momentos clave de la ciencia moderna. Los galardonados tampoco la mencionaron en sus discursos de aceptación.

Partículas de virus del mosaico del tabaco obtenidas mediante microscopía electrónica de transmisión (TEM, por sus siglas en inglés)

 Partículas de poliovirus obtenidas mediante TEM

    Años más tarde, en su libro "La doble hélice: relato personal del descubrimiento de la estructura del ADN" de 1968, James Watson escribió sobre ella que "el mejor lugar para una feminista era el laboratorio de otra persona"; parece que Crick también la veía como una “feminista que se quejaba de trivialidades”. Watson y Crick criticaban su falta de feminidad y consideraban que había que ponerla en su sitio. Con estos comentarios no parece que fuera un descuido inocente que Watson y Crick no reconocieran la extraordinaria calidad científica de Rosalind Franklin y su esencial e indispensable participación en el descubrimiento de la estructura del ADN.

 

Imagen de cabecera:  "Rosalind Franklin, British Scientist," de Encyclopaedia Britannica.

Referencias: 

 


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